Con motivo de la propuesta de Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad, se han publicado en la prensa local diversos artículos en los que se reitera, desde distintas instancias políticas e institucionales, un compromiso de la ciudadanía con la conservación del Conjunto Arqueológico.
De todos los argumentos expresados en las distintas declaraciones públicas que se han realizado, el que ha retenido con más claridad el ciudadano medio es el de los beneficios económicos que se derivarían, en el caso de conseguirse la nominación, por el previsible incremento del turismo en nuestra ciudad.
Es evidente que todo aquello que se produzca a favor de reafirmar la importancia de Medina Azahara como patrimonio de Córdoba será beneficioso para la ciudad y los ciudadanos pero ser Patrimonio de la Humanidad implica también un compromiso cultural, compromiso con el pasado y la correcta interpretación de los hechos históricos que tuvieron lugar en el mismo. Asimismo, un compromiso con el tiempo presente en el sentido de valorar el legado histórico no solo desde el punto de vista patrimonial –o sea de rentabilidad económica o de «política cultural» dentro de un clima «conservadurista»– ni desde la visión exclusivamente estética. Es necesario considerar este legado como elementos materiales del pasado que nos permiten mantener una locución interpelativa con el mismo.
Ver artículo completo. / Juan Serrano en Diario Cordoba, 13 abril del 2016